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Vuelve "La estrategia del caracol"


Un grupo de jóvenes artistas tomó materiales de una casa en ruinas y las reinterpretó desde su punto de vista. Su investigación rinde un homenaje a la película “La Estrategia del Caracol”.

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Esta historia comienza en una casa en ruinas construida por un alemán judío que posiblemente había venido por estas tierras buscando escaparse, construir después de la destrucción, construir en los extramuros de la ciudad que lo acogió. La casa, ubicada en la calle 26 con carrera quinta en Bogotá, fue abandonada y luego adquirida por la Universidad Jorge Tadeo Lozano para demolerla y construir allí su nuevo edificio de Humanidades.

Un grupo de artistas llegó a este espacio y encontraron entre los escombros algo que les llamó la atención… sus propios deseos. Uno de ellos, Luis Fernando Gutiérrez, decidió llevarse un par de puertas para hacer una obra en la que ambas dialogaran desde espacios diferentes. Laura Nieto trasladó una parte del piso en madera para intervenirlo y cubrir los hoyos con telas de colores vivos. Gustavo Villa, también curador, tomó algunos ladrillos y los talló hasta sacar unos poliedros. Tal vez esos poliedros eran la verdadera forma, siempre habían estado allí, esperando a ser descubiertos.

¿Suena conocido? ¿Tal vez a una película colombiana en la que se llevaron toda la casa y solo dejaron la fachada y una pared pintada? Sí, estos artistas le rinden un homenaje a esa película inolvidable de Sergio Cabrera que ahora cumple 20 años: La Estrategia del Caracol. Esta cinta, entre el humor y la cruda realidad, muestra cómo los barrios de invasión son el resultado de los procesos de configuración de las ciudades.

Como en la película, en esta maqueta expositiva cada objeto del interior de la casa, a donde sea llevado, funda un nuevo lugar. Y, como en la película, la casa de la Tadeo se convirtió en un inquilinato que después quedó abandonado, cubierto de moho, palomas, humedad, polvo y olvido.

Llegó el momento en el que no pudieron trabajar más en aquel lugar en ruinas porque en cualquier momento se podía desvanecer. Entonces decidieron que debían llevarse ‘la casa’, o partes de ella, a un lugar donde adquiriera una nueva vida. Ahora, en The Warehouse Art, más que una exposición están presentando su investigación plástica, su laboratorio de creación que recuerda que el arte es una constante experimentación de la realidad.

En la entrada está la obra de Bernardo Montoya, quien tomó tejas, pisos y muebles de la casa para seccionarlos y convertirlos en nuevas composiciones. Adentro se encuentran sus ‘Arcos del Triunfo’, un símbolo para conmemorar acciones exitosas. The Warehouse Art es amplia y de paredes raídas que van muy bien con el mensaje de ruina. En la oscuridad, Carlos Guzmán aprovechó para proyectar parte del patrimonio fílmico que encontró en algunas habitaciones de la casa de la Tadeo. En aquellas cintas de 35 milímetros, muchas ya deterioradas, hay noticieros colombianos de las décadas del 60 y 70 que fueron recuperados parcialmente a través de este proyecto artístico.

Uno de los conceptos fue el de actualizar las imágenes re proyectándolas en el presente y no sobre una pantalla plana, sino sobre un socavón en el que yacen algunos escombros.

También está la obra de María Clara Figueroa, quien rompió los muros y con las ruinas armó composiciones. Desde lejos se alcanza a ver, en el fondo de la habitación, el mural de Linda Pongutá, quien dejó unos filtros en la casa en ruinas para que ésta escribiera sobre ellos. Las letras son manchas de tierra, agua, desechos de paloma, abandono.

Matilde Guerrero quiso intervenir la casa de la Tadeo, revivirla si se quiere. Cada intento fue en vano. Entonces decidió que su proyecto la ayudara a derrumbarse. Construyó unas canaletas para que recogieran el agua lluvia y la llevaran al único espacio sin humedad y el suelo se pudriera más rápido. En esta presentación, Matilde enseña las fotos y los planos de este ‘proceso de entropía’.

Aquí vemos cómo se rehace con la propia historia, cómo se reconfigura un territorio a partir de la ruina. Aquí cada artista trabaja con el tiempo. Cada objeto es, a la vez, memoria, acumulación, capas de años, hechos, afectos y desafectos. Las obras son parte del material de la casa a punto de ser demolida, cada obra nos cuenta historias y nos invita a pensar ¿cómo se ha venido construyendo nuestra ciudad? ¿Cuál es la ciudad que se va y cuál la que llega?

La Estrategia del Caracol, prácticas del vacío. The Warehouse Art Calle 74 No. 5-50, Bogotá Lunes a viernes: 11 am a 6 pm / Sábados: 11 am a 2 pm / Abierta hasta el 5 de marzo de 2013. Entrada libre

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